Publicado el 20 de may, 2024

¿Qué Relación Tiene el Combate Naval de Iquique Con Los Inicios del Hockey Chileno?

Este martes nuestro país conmemora el 145 aniversario de la gesta de Arturo Prat y su tripulación de la Esmeralda en la rada iquiqueña. Uno de los episodios gloriosos de nuestra historia, en el conflicto conocido como la Guerra del Pacífico o Guerra del Salitre.

Como homenaje, los restos de todos esos héroes encabezados por el capitán Prat reposan en las criptas bajo el monumento que los homenajea en la Plaza Sotomayor de Valparaíso. Es ese histórico lugar fue donde nació el hockey-patín chileno.

¿Cómo qué ahí nació? Sucede que a fines del siglo XIX y principios del siglo XX una de las entretenciones de los británicos residentes en el puerto, además del lawn tennis o la equitación, eran los paseos por la costa desplazándose en patines. Muy luego, los propios porteños comenzaron a hacer suyas, también, esos estilos de esparcimientos transformándose el patín en una de las entretenciones locales.

El caso es que en 1935, en una fecha específica que se ha perdido en los archivos del tiempo, recaló un barco estadounidense en el puerto. Presumiblemente, llegó desde Chicago –más adelante explicaremos el porqué de esta aseveración-.

Todo indica que miembros de la tripulación eran asiduos al roller hockey, que no era más que el hockey sobre hielo que se practicaba en verano cuando no había pistas congeladas disponibles por las altas temperaturas del ambiente. O sea, era la época en que sus practicantes cambiaban los botines con cuchillas por botas con cuatro ruedas para mantener la práctica.

Fue que, tal vez, improvisando una pichanga en cubierta algún portuario, que en una de ésas patinaba en sus ratos libres, vio a los gringos jugar ese nóvel deporte. Y, a lo mejor impulsado por el entusiasmo, los desafío a un partido.

Pero, ¿dónde jugar ese improvisado amistoso? En Valparaíso no había ninguna cancha de hockey, así que se optó por la calle que circunda a la Plaza Sotomayor ya que era superficie lisa de cemento y no armada con adoquines, como sucedía en el resto de las avenidas del puerto.

A ciencia cierta, no hay registro de cómo terminó el partido, de si los improvisados hockistas chilenos utilizaron sticks prestados por los norteamericanos o si utilizaron palos sacados de algún árbol o algún bastón tomado sin permiso de alguna abuela.

Pero sí se puede desprender que ahí nació el hockey-patín chileno. Porque ese mismo año se fundó el primer club nacional, el Indian’s Club, justamente en Valparaíso. La insignia de ese equipo, que comenzó a difundir la novedosa actividad en toda la zona, era similar al del club de hockey-hielo de Chicago, los Blackhawks: vale decir, el rostro de un aborigen mirando de lado. Esto refuerza la tesis de que desde esa ciudad de la Costa Este de EE.UU. llegó ese deporte a nuestro país, más si en esos años el intercambio entre Valparaíso y Chicago era abundante, sobre todo en el tema de las especias como, por ejemplo, el betún para zapatos.

Además, el naciente hockey-patín chileno que se jugó a partir de ese momento –y hasta 1949, cuando se afilió a la Federación Internacional- era con seis jugadores –un portero, dos defensas y tres delanteros- tal como sucede hasta hoy con el hockey sobre hielo. Y no se utilizaba una pelota de caucho sino que con un disco de madera… tal como el hockey-hielo.

Todo eso gracias a esa improvisada pichanga a los pies del monumento a los Héroes de Iquique en la Plaza Sotomayor.

¿Algún detalle más de esta especial relación? Uno de los sobrevivientes del Combate Naval de Iquique, el entonces guardiamarina Arturo Fernández Vial, y posterior almirante, le da el nombre a uno de los equipos que conforman la Liga Hockey Master.

También, en Iquique en 1978 comenzó a desarrollar sus actividades la Asociación local con tres equipos –Armada, Aviación y Don Bosco-, agregando que hace ocho años se disputó el Mundial Femenino en la pista levantada en el sector de Playa Brava.

Y el 21 de mayo de 1970 se fundó una de las cunas del hockey-patín nacional, la Asociación San Miguel, con sede en el Instituto Miguel León Prado, con la concurrencia de los clubes Academia, Estudiantil y San Miguel. Pocos días después se les unió el club León Prado, que en ese entonces formaba parte de la Asociación Santiago.

Todo lo anterior, con la gesta de Prat y su tripulación como ornamentación.